IU al rescate del régimen: Garzón afirma que “sería confuso hablar de presos políticos”, en referencia a los líderes catalanes encarcelados

IU

En declaraciones al diario El País este 6 de noviembre, el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, líder de IU, afirma que “sería confuso hablar de presos políticos” en referencia al vicepresidente, los siete consellers y los dos líderes de organizaciones independentistas que han ingresado en prisión las últimas semanas por delitos de desacato a la autoridad, sedición y rebelión tras ser condenados por la Audiencia Nacional entre otros cargos.

Así mismo, se dan las citaciones a declarar de 8 profesores de La Seu d’Urgell (Lledia) por organizar un debate sobre las actuaciones policiales del 1-O con sus alumnos y varios tuiteros y blogueros por difundir imágenes, vídeos o tweets acusados de enaltecimiento de la violencia y el terrorismo.

Si bien es cierto que desestima su caracterización como presos políticos haciéndolo en comparación con Marcos Ana (preso político del franquismo entre 1939 y 1961 del PCE), esta matización implica asumir las afrentas a la “Unidad de España” como un delito punible más, no como un desafío político a uno de los pilares del Régimen del 78.

En esta entrevista opinaba que “la prisión incondicional es una medida desproporcionada y muy discutible, jurídica y políticamente” y así mismo calificaba a Puigdemont como “el gran responsable de lo que está sucediendo” quien “no podía irse de rositas”.

El intento de equidistancia y punto de concordia por izquierda entre el Govern y el Gobierno Central que trataba de representar Unidos Podemos escora de forma evidente hacia el orden y la ley del Régimen.

Aunque el artículo de El País caracterizaba la línea de Garzón como “un discurso igual de severo con el Ejecutivo de Mariano Rajoy que con el desafío secesionista de Carles Puigdemont al frente de la Generalitat”, negar el derecho a la separación no es combatir contra todo tipo de nacionalismo, sino que es favorecer el nacionalismo de la nación opresora, que se impone por la fuerza.

Garzón sostiene que “la independencia de Catalunya no va a permitir a las clases populares vivir mejor ni emanciparse del capitalismo”. Una afirmación del todo cierta. Pero la defensa de la unidad de España y el Régimen político fundado con la colaboración fundamental de su propio partido en 1978, tampoco lo permite.

Para comprender esta postura es vital tener en cuenta el rol de “pata izquierda” del PCE-IU del Régimen del 78 desde su creación, momento en el que la amnistía que sacó de la cárcel a sus dirigentes a cambio de perdonar los crímenes del franquismo, dejar otros presos políticos y sociales entre rejas y garantizar la paz social. Entre los ecos de ese PCE llegan las declaraciones contra el derecho de autodeterminación de los históricos del PCE Nicolás Sartorius y Francisco Frutos.

Aunque Izquierda Unida y también Podemos y los “comunes” han criticado el 155, al mismo tiempo que se han negado a reconocer el resultado del 1-O y la república catalana, a convocar movilización alguna contra la represión o a romper los pactos con los socialistas. Una política que solo ha contado con la oposición de Podem, aunque al precio de que Pablo Iglesias lo interviniera con su propio 155.

Incluso, las palabras de quienes se han posicionado por la libertad de los presos políticos calificados como tal, para ser creíbles, deberían ir seguidas de la convocatoria a movilizaciones en todo el Estado y paros y medidas de fuerza en todos los centros de trabajo, una línea política que no van a llevar adelante ni las direcciones burocráticas de CCOO y UGT, ni las direcciones reformistas de Podemos.

Quienes defendían un referéndum con garantías buscando una legalidad imposible en este Régimen, no reconocen la voluntad del pueblo catalán expresada el 1-O. Su denuncia al 155 se ha quedado en meras declaraciones, sin llamar ni a una sola movilización, para terminar avalando su principal medida: las elecciones del 21 de diciembre.

Garzón saluda esta convocatoria electoral como una vía de “resolución democrática” de la crisis catalana. Unas elecciones impuestas por medio de un golpe, que se celebrarán con una Generalitat intervenida en manos de un partido que obtuvo el 8,5% de los votos, miles de guardias civiles y policías nacionales desplegados por el territorio, con presos políticos y decenas de causas judiciales abiertas.

(Fuente: La Izquierda Diario / Autor: Roberto Jara)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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