Catalunya: La autodeterminación es una revolución política (Endavant)

La práctica del derecho de autodeterminación ha significado desde sus primeras expresiones una fuerza revolucionaria, transformadora, capaz de derrumbar imperios, acabar con Estados fundamentados en una dominación injusta y hacer avanzar la soberanía popular, la igualdad individual y colectiva y la democracia real en manos de la mayoría del pueblo. Tanto el derecho como el principio de autodeterminación desde sus primeras formulaciones han sido tanto absolutamente temido por las clases dominantes y Estados consolidados por una razón bien sencilla: ejercer la autodeterminación implica la posibilidad de la plena independencia nacional y, por tanto , también la posibilidad de cambiar las relaciones de autoridad y dominación social impuestas por las élites propias y foráneas en el terreno económico, político y social.

En la actual situación, tras el anuncio por parte del gobierno de la Generalitat de Cataluña de Junts x Sí y el apoyo de la CUP de la convocatoria de un referéndum para el próximo 1 de octubre resulta necesario poner en claro varios aspectos que, a buen seguro, serán importantes para hacer avanzar la organización y la lucha popular en la construcción de unos Países Catalanes independientes, socialistas y feministas.
En primer lugar, como hemos señalado en reiteradas ocasiones, uno de los objetivos estratégicos de la Izquierda Independentista es el ejercicio de la autodeterminación de los Países Catalanes como paso hacia la plena independencia nacional. Ejercer la autodeterminación significa en el estado actual de cosas materializar una auténtica revolución política. Incluso sólo pensando en el ejercicio del derecho de autodeterminación para el Principado de Cataluña, tal y como lo hace el “procesismo” y probablemente también una parte de la Izquierda Independentista, este sólo es posible realizando una revolución política que modifique, en el mismo tiempo, el tipo de relaciones sociales y económicas sostenidas en la arquitectura institucional de la España de las autonomías.

Resulta muy sencillo: sólo se puede ejercer la autodeterminación en los Países Catalanes con una ruptura absoluta con la legalidad instituida del reino de España y el ordenamiento fijado por la Unión Europea, con un momento de ruptura con los fundamentos institucionales del Estado y con la confrontación y desobediencia abierta de todas aquellas acciones legales y políticas consideradas injustas y represivas. La lógica del ejercicio de autodeterminación que de la ley a la ley, de la superioridad de la legalidad catalana y de amparo de la legislación internacional -principios con los que se sostiene la ley del referéndum de autodeterminación de Junts x Sí-, desenfoca lo esencial del ejercicio de la autodeterminación: se trata de una cuestión de lucha por el poder, de lucha por la soberanía y de movilización de un pueblo y no de una cuestión jurídica, legal ni formal . Por lo tanto, por mucho que los diversos tratados de Naciones Unidas sobre derechos humanos reconozcan el derecho de los pueblos a la autodeterminación, lo fundamental para ejercer la autodeterminación, tal y como se ha constatado en varias ocasiones, es tener un pueblo organizado y dispuesto a movilizarse hasta las últimas consecuencias para determinar libremente su estatus político y su desarrollo económico, social y cultural.

En segundo lugar, el anuncio de convocatoria del referéndum de autodeterminación en el Principado clarificará cada vez más la voluntad y posición política real de conjunto de fuerzas políticas y sociales en relación a la disyuntiva ruptura / reforma del Estado español. Independientemente de que el referéndum se acabe realizando o no, toda la serie de posiciones políticas que no apuesten por ejercer la autodeterminación hasta las últimas consecuencias y de manera clara reforzarán el statu quo y la antidemocracia de la razón de Estado y se situarán en contra de la voluntad popular del pueblo catalán.

En este sentido, el ejercicio de la autodeterminación deberá enfrentarse a dos obstáculos fundamentales: 1) la ofensiva represiva del Estado en contra del ejercicio del derecho de autodeterminación y la realización del referéndum anunciado por el gobierno del Principado y 2) las posturas políticas que persiguen diluir el derecho de autodeterminación y la realización del referéndum, subordinando a intereses poco claros de tipo partidista, electoral y de clase. En este sentido, la posición de la cúpula de Catalunya en Comú ilustra claramente esta posición: para los Comunes el pacto con el Estado, la estabilidad institucional y el proyecto de Estado-nación español están por encima del derecho inalienable del pueblo catalán a ejercer la autodeterminación. En la práctica su posición, aunque el lenguaje aparentemente antisistémico con que se viste, refuerza y da estabilidad a la posición de los poderes económicos y el gobierno del Estado en relación al derecho de autodeterminación de los catalanes: imposibilitar el ejercicio de este derecho.

Por último, en la actual situación en el Principado cualquier movimiento asumido por el gobierno de Junts x Sí que pase por no ir hasta el final en lo que ha anunciado, la realización de un referéndum vinculante, convertirá también a éste en un obstáculo en el ejercicio de la autodeterminación de los catalanes y catalanas. Sólo si se está dispuesto a hacer lo que se dice será posible la realización del referéndum saliendo de la lógica del “procesismo” que, precisamente, se ha basado en todo lo contrario: hacer ver que se daban pasos efectivos para ejercer ese eufemismo del ” derecho a decidir “cuando sistemáticamente se intentaba diluir la movilización popular independentista con maniobras de distracción como un 9N sin consecuencias, la lista única o unas elecciones plebiscitarias con el objetivo de obtener un cheque en blanco para negociar con el Estado. Por tanto, sólo si se está dispuesto a salir de esta lógica se desvanecerá el peligro de diluir la propuesta de referéndum en un nuevo marco negociador con el Estado que significaría, necesariamente, la renuncia al ejercicio de la autodeterminación . Sólo la ruptura de la ambivalencia “procesista” en relación al ejercicio de la autodeterminación, que la propuesta de referéndum ha permitido en parte debilitar, hará posible llevar hacia un punto decisivo de ruptura la movilización popular independentista de los últimos años.

Países Catalanes, 28 de julio de 2017

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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