Sigue creciendo la protesta del movimiento popular en el Rif contra la monarquía marroquí

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La detención el lunes de la semana pasada del portavoz del Movimiento Popular Hiraq, Nasser Zafzafi, y de sus colaboradores no ha hecho que las protestas terminen. Personas anónimas han cogido el testigo y no desconvocan la huelga general organizada para el próximo martes. (En la foto adjunto a la noticia, manifestación exigiendo la liberación de Zafzafi).

En varias entrevistas concedidas a la prensa extranjera desde que la oleada de protestas dio comienzo tras la muerte de Mohsinne Fikri en octubre del pasado año, Nasser Zafzafi insistía en que él no era líder del movimiento popular. Subrayaba una y otra vez su posición dentro del Movimiento Popular como simple portavoz. En el encuentro que este diario mantuvo con Zafzafi en diciembre del 2016 se negó a posar para la foto que ilustraría el artículo si no era con sus colaboradores, los cuales no se separaban de él. Más de una vez, estos colaboradores pusieron en riesgo su integridad por proteger a Nasser Zafzafi interponiéndose en ataques dirigidos contra él con armas blancas (como sucedió en Nador en enero de 2017). Muchos ataques y mucha protección para un «simple portavoz», como él se definía.

El pasado lunes el Gobierno de Marruecos mandó a todo un escuadrón de policías (compuesto por más de 45 agentes sobre el terreno y muchos más siguiendo la operación desde Rabat, según aseguran fuentes cercanas al Gobierno) para detenerlo tras un infructuoso intento el viernes anterior, fecha desde la que Nasser Zafzafi estaba en busca y captura. Ese mismo día irrumpió en una mezquita céntrica protestando a la hora del rezo y en pleno comienzo del mes sagrado del Ramadán.

Un nuevo y esperado líder rifeño

Actualmente no hay información fidedigna sobre la cantidad de detenidos en esta operación policial. GARA ha podido contactar con un activo miembro del Movimiento Popular que en el momento de comenzar la redada se encontraba en Madrid. “Hay más de 200 detenidos, aunque el majzén (palabra utilizada para designar el verdadero Gobierno de Rabat, aquel que dirige el país desde la sombra) da cifras de entre 30 y 40, según el medio que consultes”, afirma el hombre de mediana edad que prefiere ocultar su identidad. “Esperábamos un ataque así de la Policía, pero no tan grande. Han detenido a ciertas personas por sólo apoyar una huelga o aparecer a una concentración. La represión ha aumentado mucho”, añade.

“No era líder, pero lo era. No es Abdelkrim, pero lo será”, explica muy seguro, por Skype, Nabil, joven estudiante de español de 21 años que vive en Alhucemas. “Ha devuelto la ilusión a un pueblo que ha estado oprimido tanto económicamente como política y culturalmente. Una gran parte de Marruecos tiene sangre amazigh y proviene de esta parte del país, del Rif. Que Nasser apareciera hizo que la gente tuviera a alguien a quien seguir, devolvió la alegría hasta a mis padres, que desde el terremoto de 2003 no creían en nada. Le habrán detenido, se ha sacrificado; pero ha hecho algo que nadie desde Abdelkrim consiguió: que los rifeños estemos orgullosos de nuestro pueblo”.

Ya hay imágenes que circulan por internet en las que se compara a Nasser con el mítico Abdelkrim, líder de las tribus bereberes de la guerra del Rif contra España.

“¿Por qué crees que la gente salió en masa a protegerle de la detención cuando interrumpió al imam de la mezquita Mohamed V? Eso es porque la gente le adora, ningún político del majzén ha conseguido nunca ese cariño de su pueblo. La gente seguirá con las protestas, habrá nuevos líderes, no le fallaremos”, explica un exaltado Nabil.

Una de esas personas que han cogido el testigo de Nasser tras su detención es el ama de casa Nawal Benaisa. Esta mujer de 36 años ha acallado las críticas de ciertos sectores de la izquierda marroquí hacia el Movimiento Popular Hiraq por la casi nula presencia de las mujeres tanto en las protestas como en la dirección de la organización. La Policía marroquí la interrogó el pasado jueves sobre la actividad del movimiento, pero sin llegar a detenerla.

Madre de cuatro hijos

De momento, poca información ha trascendido sobre esta destacada activista rifeña. Madre de cuatro hijos, se la vio acompañada de su hija de 7 años portando un altavoz en las concentraciones de esta semana en Alhucemas, epicentro de las protestas. Determinado el poder a borrar a cualquier personaje incómodo para el régimen, Nawal Benaisa fue acusada de “atentado contra la estabilidad del país». Se presentó a la comisaría de Alhucemas tras saber que la Policía la había convocado con un mensaje en el domicilio de su madre. Se puso en manos de las fuerzas policiales «para no perjudicar a su familia”, según explican allegados contactados por el diario GARA.

Nabil Ahamiyik, mano derecha de Nasser Zafzafi, se encuentra en paradero desconocido. Buscado por la Policía marroquí, su Whatsapp dice que no se conecta desde hace varios días. Las redes sociales en las que se mueve siguen sin dar señales de vida. Sin embargo, ha conseguido hacer llegar un mensaje a la opinión pública rifeña: “Las protestas deben seguir siendo pacíficas”.

Es lo mismo que pide Nawal Benaisa tras las manifestaciones y concentraciones realizadas en la plaza Mohamed VI (rebautizada como Plaza de los Mártires por la población local). Parece que los mensajes causan por el momento el efecto deseado por los organizadores de la protesta. Aunque Rabat haya mostrado imágenes de policías presuntamente heridos tras altercados con manifestantes (en tours para periodistas con permiso del Gobierno), lo cierto es que el movimiento popular sigue siendo pacífico.

“Todos somos Zafzafi”

La estrategia del Gobierno ante el aumento de la simpatía entre la población local e incluso nacional por el movimiento (fuentes consultadas por este diario afirman que hay pintadas en calles principales de distintas ciudades donde se puede leer: “Todos somos Zafzafi”, “Nasser, alma y sangre”, “El majzén mata, el Gobierno calla” y “Las paredes dicen lo que los medios callan”), ha sido criminalizarlo.

Debido a las reuniones y acercamientos a gobiernos europeos por parte de la diáspora bereber, Rabat ha optado por poner en marcha su maquinaria mediática y afirma a través de varios representantes que “el movimiento está financiado por Argelia” (enemigo histórico de Marruecos). Ha llegado a afirmar que “Nasser Zafzafi es chií y que tiene conexiones con Irán” (el país magrebí es prácticamente en su totalidad suní).

Incluso la Asociación por los Derechos Humanos en Marruecos ha denunciado “la agresión por parte de manifestantes a periodistas y civiles” sin que haya trascendido ningún nombre, ni lugar, de los hechos denunciados. Muchos países han aconsejado a sus ciudadanos no viajar a Marruecos por las protestas del Rif (entre ellos Gran Bretaña a través de su embajada en Rabat) y el festival de cine de Nador previsto para julio se ha suspendido por las tensiones en la zona.

Controles días antes de la huelga

Mientras los vídeos de irrupciones de policías en casas circulan por internet, los controles en las rutas para acceder a los lugares con mayor afluencia de extranjeros se intensifican. “Todas las entradas de Alhucemas, Nador e Imzouren están muy vigiladas por policías armados” asegura un taxista local que prefiere esconder su identidad por temor a represalias. “Estos no son los policías que han estado trabajando hasta ahora aquí, los han traído de otros lugares. No los conocemos”, añade dicha fuente.

Todo esto viene ocurriendo sólo unos días antes de la huelga general en el Rif convocada para el próximo martes, día 6 de junio, cuando se verá la fuerza que aún aglutina el descontento rifeño después de la detención de los dirigentes del Hiraq y de muchos de sus sucesores.

Dios, patria y Rey; los tres únicos pilares de la llamada “nación alauita”

En las zonas disputadas del reino de Marruecos (léase Rif y Sahara Occidental), muchas de las laderas que miran a los pueblos tienen un frase escrita a base de piedras pintadas colocadas cuidadosamente como si de unas líneas de Nazca se trataran. En ellas se puede leer: “Dios, Rey y Patria”.

Nasser Zafzafi no era (ni es) un corruptor de la «patria alauita». En sus vídeos de Facebook Zafzafi no predica el independentismo. La palabra «autonomía» aparece más en boca de partidos políticos amazigh que han intentado tener representación en el Parlamento marroquí de forma continua que en sus mensajes.

El activista del Rif no señaló directamente al monarca (omnipresente y omnipotente en el Estado marroquí), sino que hizo uso de esas expresiones tan utilizadas, sobre todo en esas zonas disputadas anteriormente citadas: “hogra” (odio del poder hacia el pueblo) y “majzén” (gobierno en la sombra, muchas veces representado como el poder del palacio real). Nasser Zafzafi no es (públicamente) ni independentista ni republicano, no ha pedido nada de eso. Ha sido el otro gran pilar, el relativo a la religión, el Dios mayúsculo escrito en las laderas, quien ha llevado al líder del Hiraq a ser señalado como “enemigo de la patria” por las autoridades.

La excusa para atacar a la yugular del Movimiento Popular y lanzarle a todo un país encima vino con la irrupción del pasado viernes en la mezquita Mohamed V (nombre del abuelo del actual monarca). Atacó entonces lo más sagrado de un país gobernado por islamistas que se presentan a las elecciones y las ganan.

La excusa para atribuirle el ataque a los otros dos pilares restantes (Patria y Rey) vendría rodando: «Cargos de desacato a los miembros  de la fuerza pública durante el ejercicio de sus funciones; violencia en su contra que hayan causado lesiones con premeditación, insurrección armada mediante; destrucción de vehículos y otros bienes de interés general; manifestación sin autorización previa en la vía pública y aglomeración armada en la vía pública».

Eso si no “encuentran” los gobernantes marroquíes algún otro cargo de modo que puedan alargar así la condena al activista rifeño más incómodo (no sería el primer caso en que ocurre con la Justicia marroquí), porque, ya se sabe, “en Marruecos, si atacas a Dios, atacas al Rey y atacas a la Patria”.

(Fuente: Gara / Autor: Andoni Lubaki)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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