Las empresas armamentísticas se disparan en bolsa a máximos a la espera de una gran guerra

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Las tensiones internacionales, el aumento de las acciones bélicas en el avispero de Oriente Medio y la oleada de atentados han disparado las especulaciones sobre una gran guerra.

El fuerte repunte de ayer de las empresas armamentísticas en bolsa al calor del acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudí para la venta a esta de cerca de 110.000 millones de dólares en armas para “hacer frente a las amenazas de Irán” —como explicó un responsable de la Casa Blanca— ha sido el último hito en una escalada que la industria inició en 2011 tras el estallido de la Primavera Árabe.

No en vano, la sucesión de conflictos y tensiones internacionales, el aumento de las acciones bélicas en el llamado avispero de Oriente Medio con Siria en el epicentro y la creciente oleada de atentados terroristas han desatado las especulaciones sobre la proximidad de una gran guerra.

Es el caso del analista Patrick Martin, del Instituto para el Estudio de la Guerra, que ya en 2015 advirtió de que la inteligencia militar de EEUU se estaba preparando para la III Guerra Mundial —tras asistir a tres sesiones en el Congreso sobre guerra cibernética, el tamaño y despliegue de la flota de portaaviones y la modernización de las armas nucleares estadounidenses—, y que desde entonces ha venido alimentando esta teoría.

Pero no son los únicos que lo piensan. Así, los inversores claramente están apostando a la guerra si se tiene en cuenta la escalada que han vivido las empresas del sector en bolsa en los últimos cinco años, hasta máximos históricos, y que se ha acelerado desde mediados de 2016 con la llegada de Donald Trump al Gobierno de la primera potencia mundial.

De hecho, en lo que va de año, las acciones de Lockhedd Martin, el mayor fabricante del mundo por ventas según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, acumulan una subida del 11,5%, aunque el lunes llegó a dispararse más de un 3%, en tanto que es el mayor ganador del contrato con Arabia Saudí.

Por su parte, las empresas de alta tecnología para defensa como Saab, la italiana Leonardo o Bae Systems acumulan subidas de entre el 15,5% y el 26,7%. General Dynamics, que ofrece una amplia cartera de vehículos de combate, sistemas de armas, munición y buques de guerra, ha crecido desde enero un 13,4%, y Raytheon, especializada en tecnología para la seguridad nacional, un 11%.

Más significativo es el crecimiento experimentado en el último año, que llega a alcanzar el 50% en el caso de Saab y que ronda el 40% para General Dynamics y Leonardo, por ejemplo.

Ningún analista recomienda vender

Sin embargo, a juicio de los analistas esto no ha hecho más que empezar. Prueba de ello es la fuerte apuesta de todos por el sector. Y es que ninguno mantiene una recomendación de venta para las principales empresas de la industria armamentística. Si en el caso de Lockheed Martin el 43% aconseja ‘comprar’, este porcentaje se dispara al 68% para General Dynamics y Bae Systems, mientras que el 76% del consenso apuesta por ‘sobreponderar’ en cartera las acciones de Raytheon.

Además de las especulaciones sobre la posibilidad de que las tensiones geopolíticos actuales desemboquen en un gran conflicto, lo que es indiscutible es el aumento del gasto militar, que da muestras de haber entrado en un ciclo alcista. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz, en 2016 se alcanzaron los 1,68 billones de dólares, lo que supone un 0,4% más en términos reales que en 2015. Del total, solo EEUU representa 611.000 millones de dólares tras incrementarlo en un 1,7%, frente al 5,4% de China, con 215.000 millones.

En este sentido, los analistas de Edward Jones, que en marzo comenzaron a dar cobertura a Lockheed Martin con una recomendación de ‘comprar’, apuestan por que “el gasto en defensa va a crecer los próximos años y que los problemas globales van a apoyar las compras internacionales de los aliados de EEUU”.

La gran industria armamentística se alza con fuerza desde que Trump ganó las elecciones

La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos fue recibida por la gran industria armamentística cotizada con un fuerte repunte. Y el empuje no remite. De hecho, tras su toma de posesión, las compañías mantienen el grueso de las alzas. Los inversores de las principales vendedoras de armas están apostando por las compras en bolsa, dada la deriva del mensaje en materia de defensa del magnate estadounidense.

En un discurso ya el pasado enero, Trump lanzó un claro mensaje de sus intenciones: “Hemos defendido las fronteras de otras naciones mientras nos negábamos a defender las nuestras”. La amenaza velada sobre reducir el papel de EEUU dentro de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) está encima de la mesa. La semana pasada, el recién estrenado presidente del país con mayor presencia dentro de la OTAN tachó a la organización de “obsoleta”.

La preocupación de algunos países en esta materia se está haciendo cada vez más visible. La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, ha señalado en una entrevista con la televisión pública BBC que tratará de este asunto en su encuentro el próximo viernes con Donald Trump. El debate iniciado por el presidente de EEUU que ha recogido la ‘premier’ británica se centra en la escasa participación militar que tienen algunos países de la organización. Importantes medios internacionales están lanzando mensajes en este sentido en los últimos días.

Este mismo lunes, ‘The Telegraph’ explicaba que la guerra que ha emprendido Donald Trump contra la OTAN está obligando a algunos estados europeos a “replantearse su política de defensa”. Hace menos de una semana, era Bloomberg quien exponía una infografía en la que se jactaba de que la mayoría de países de la Unión Europea no llegaban al 2% del PIB en gasto de defensa (objetivo al que se comprometieron con la OTAN), mientras que Estados Unidos estaba destinando cada año un 3,6% de su producto interior bruto. Según las datos de la agencia de noticias americana, España es quien menos gasta en esta partida junto con Luxemburgo, Bélgica y Eslovenia, un 0,9% del PIB del país.

Este escenario, de potencial incremento del presupuesto militar por parte de muchos aliados de la OTAN, está siendo interpretado con subidas en bolsa para la gran industria armamentística, situada principalmente en Estados Unidos. El país norteamericano, además de ser quien más presupuesto destina a temas de defensa, es quien más armamento exporta al resto del mundo, seguido por Rusia y China, según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri).

En su último informe, editado en 2016, el Sipri publica las 10 empresas más grandes de productores de armas con datos de 2014. Siete son americanas y tres, europeas.

Desde justo antes de que Donald Trump ganara las elecciones y hasta este lunes, Lockheed Martin ha subido un 9,08%, Bae Systems se ha elevado un 10,5%, Raytheon ha ganado un 10,48%, Northrop Grumman ha escalado un 3,05%, General Dynamics ha repuntado un 19%, United Technologies ha avanzado un 9,34%, Finmeccanica se ha alzado un 23,06% y L-3 Communications se ha revalorizado un 13,02%. Además, la cotización de todas ellas ha evolucionado desde que ganó Trump de forma muy similar, con un fortísimo repunte tras su victoria y un mantenimiento de las alzas en mayor o menor medida hasta la fecha actual. El Dow Jones Defense & Aerospace, un índice que engloba a la mayoría de estas empresas, se ha elevado un 11,63% desde las elecciones americanas. En el día en que se conoció la victoria de Trump, el índice repuntó un 4,29%, su mayor avance en una sola sesión.

Sipri también incluye a Boeing y Airbus como industrias de armas. Estas compañías también han subido con fuerza en estos meses, aunque el ramo de defensa es solo una parte de la actividad de ambas empresas. Airbus ha ganado más del 25% de valor en bolsa y Boeing ha subido un 14,33% desde noviembre.

(Fuente: El Confidencial / Autores: María Igartua y Juan Cruz)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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