Euskal Herria: Iraultzaileen Bilguneak (IBIL), otro colectivo disidente en la Izquierda abertzale

ATA

Cuando en 1995 ETA presentó su “Alternativa Democrática” lo tenía claro: la Amnistía total era un requisito indispensable para abandonar las armas. Así, en su documentación interna se afirmaba: “Para poder dirigir ese proceso democrático se deben posibilitar las condiciones mínimas para que todos los ciudadanos vascos participen sin ningún tipo de presión. Por lo tanto, para ese proceso democrático es imprescindible la Amnistía general sin condiciones, la excarcelación de todos los presos (todos los que se encuentren en las cárceles de España, Francia o de otros lugares) y posibilitar la vuelta de los huidos y desterrados. Es también necesario tomar medidas para que las fuerzas armadas españolas no influyan en ese proceso”.

Hace apenas unos años aún mantenía su postura ante los presos: “El ministerio del Interior ha enviado a representantes suyos a las cárceles con el fin de medir la postura política de los presos, haciendo ofertas en materia de arrepentimiento con el fin de provocar una herida en el colectivo. En esta estrategia se están llevando a cabo controles y análisis rigurosos caso a caso: ofreciendo mejores condiciones o acercando a ciertos presos a Euskal Herria o llevándolos los más lejos posibles o poniéndolos en aislamiento total. Esa es la ecuación de Rubalcaba. Es llamativa la diferencia entre ese esfuerzo y los resultados obtenidos. España no ha roto el EPPK”.

Hoy la política penitenciaria de ETA ha variado sustancialmente. El colectivo de presos de ETA decidió el pasado diciembre de dejar de resistirse de forma grupal a la legislación penitenciaria para empezar a disfrutar de forma individual de sus beneficios, progresos de grado y permisos, aunque con el límite de la “delación y el arrepentimiento”.

En este contexto, surge IBIL (Iraultzaileen Bilguneak-Núcleos de Revolucionarios), una asociación del núcleo más duro y radical de la izquierda abertzale en desacuerdo con estos cambios. Se puso en funcionamiento en 2012 pero su primera aparición en público fue con ocasión del Primero de Mayo del 2013. A ellos, se han unido algunos de los presos considerados del ala más dura. “Es lógico. El discurso de la izquierda abertzale ha variado sustancialmente. Les han dicho que acepten la legalidad, cumplan sus condenas y que si pueden se acojan a beneficios penitenciarios. Este tipo de grupos sigue pidiendo la amnistía total, por lo que los presos se sienten apoyados”, mantienen fuentes de la lucha antiterrorista.

Solo grupos minoritarios como IBIL piden ya la amnistía total

En la documentación interna de IBIL a la que ha tenido acceso La Información.com explican: “Frente al conflicto que padece Euskal Herria a lo largo de los años, muchos ciudadanos han luchado en favor de los objetivos de Euskal Herria, demostrando su total valentía. Frente a eso, los Estados Español y Francés han demostrado una actitud clara desde el principio, puesto que han puesto su maquinaria represiva en marcha contra Euskal Herria. En consecuencia, para responder al compromiso de los militantes vascos, los Estados han causado miles de presos, refugiados y asesinados, como prueba de su carácter mezquino”.

“Siendo esto así, mantenemos plena admiración para con los ciudadanos que están presos en las cárceles de España y Francia y con los que se encuentran en el exilio. Estos presos y huidos se encuentran presos o en una situación de exilio por mantener una militancia ejemplar en una lucha política. Al mismo tiempo, entre nuestros objetivos está la Amnistía”, piden. Igualmente, desvelan que entienden la Amnistía como “la excarcelación definitiva de los presos y la vuelta a casa de los huidos, que será incondicional, junto con la desaparición de las condiciones que generaron esas situaciones”.

A continuación, los disidentes abertzales critican durante la línea oficial: “A pesar de que últimamente los términos para socializarla han cambiado, la lucha no se puede limitar al fin de la dispersión, los sectores populares organizados se tienen que poner a trabajar para que todos sean libres. A pesar de que algunos quieren maquillar el discurso o la realidad, la situación sigue siendo la misma. Asimismo, de estar los presos en cárceles de Euskal Herria tampoco cambiaría en lo esencial la situación de los presos, ni la situación política que trae el que los presos estén en manos del enemigo, aunque se aligeraría el sufrimiento de los familiares. Se pueden combinar en las reivindicaciones tanto el fin del exilio de los presos vascos como el fin de la dispersión y la amnistía, pero de ninguna manera se puede aceptar olvidar lo último, para llegar al problema político de los presos políticos desde el simple humanitarismo y legalismo”.

“La Amnistía, además de la libertad de los presos y huidos, significa la libertad de Euskal Herria, esto se materializará cuando desaparezcan las razones que han obligado a este pueblo a luchar frente a una situación de injusticia, y cuando los responsables pasen frente a la justicia popular. En consecuencia, la Amnistía es una reivindicación que está unida al proceso de liberación, que será una señal de la victoria de nuestro pueblo y, por lo tanto, al igual que todos nuestros objetivos, que conseguiremos con una dura lucha contra el enemigo”, concluyen.

¿Y ahora qué?

Una vez entregadas las armas, poco le queda a ETA con qué negociar. Apartada ya la reivindicación de la Amnistía, lo único que puede permitirse reclamar es el acercamiento de presos. Alrededor de la mitad del total de los presos tiene un horizonte mucho más largo, que llega hasta el año 2040 e incluso en algún caso más allá del 2050, por lo que no es un tema que pueda solucionarse a corto plazo. La última encuesta del área de Prospección Sociológica señaló que un 81% de los vascos apoya la reinserción de presos etarras, y solo un 9% respalda la dispersión

La negociación se ha vuelto tan ardua que ETA ya solo insiste en la liberación de presos enfermos, una docena. En un documento publicado por la dirección del EPPK se apuesta por el acercamiento y sitúa a la cárcel alavesa de Zaballa como el centro de reclusión adecuado para su traslado, aunque el Ministerio del Interior mantiene de momento su negativa.

El texto de IBIL supone la declaración fundacional de un nuevo “proyecto” con el que aspiran a la independencia de “Euskal Herria”. El documento supone un auténtico programa de gobierno, en el que además incluyen datos de su organización interna y hasta instrucciones sobre seguridad para no ser detectados por las fuerzas de seguridad cuando inicien las “acciones ilegales”.

Pero, ¿qué pretenden exactamente? “Nuestro objetivo a corto plazo es ir tejiendo una red y mantener viva la llama de la resistencia, para pasar a la ofensiva cuando se den las condiciones y crear la alternativa integral que tenemos por objetivo. Esto es, a corto plazo, el eje de nuestra tarea es la supervivencia y la organización de una Euskal Herria rebelde, resistente e indomable”, explican.

“Consideramos como lucha popular efectiva y positiva toda acción violenta de masas”, advierten en el texto. Y añaden que una de sus “principales tareas” es “enseñar los dientes de nuevo” ya que “el enemigo no se impresiona con una bonita foto, ni por una cadena humana”. “Tendremos que atacar, tarde o temprano, los símbolos y centros de poder que garantizan la ocupación del enemigo”, detallan. Sin embargo, su objetivo final es: “Nuestro trabajo, por medio de la lucha, ha de ser sacudir la ocupación de los Estados Español y Francés y romper la normalización política”.

El documento comienza con una breve introducción, en la que piden a todos que se sumen a su causa: “Camarada, lee con detenimiento las páginas que tienes entre manos y toma tu decisión. Si decides no unirte a nosotros, mantén el silencio, no des a nadie información en torno a estas hojas, muchos compañeros tienen mucho en juego. Si decides unirte, que seas bienvenido, levanta el puño y únete a la lucha”.

“Los que toman parte en el proyecto estarán involucrados en el pueblo de una manera ejemplar y vivirán con coherencia ideológica ya que los militantes son militantes las 24 horas”, piden, a la vez que desvelan que prepararán las “acciones ilegales” con “extrema rigurosidad” cuando “lo planeado pudiera conllevar consecuencias penales”. “Se les hará llegar a los militantes, de forma segura, una formación sobre las diferentes formas de lucha”, planean.

En cuanto a la estructura de la organización, se explica que se reeditará la clásica estructura Barrio/Pueblo – Mesa Nacional: “Los grupos del pueblo (de los barrios en el caso de las capitales) serán la columna vertebral del proyecto y serán completamente asamblearios, fundamentados en un centralismo político”.

Un auténtico programa de Gobierno

No solo se limitan a declarar su intención de volver a la lucha armada. Además, proponen 3 puntos fundamentales en los que se debe vertebrar el programa socialista radical que ellos proponen. En primer lugar abogan por internacionalizar su “proceso revolucionario”, por lo que miran a países como “Irlanda, Palestina, Colombia o Kurdistán”. Eso sí, dejando claro que la UE y demás organizaciones supranacionales son “enemigas de Euskal Herría”.

“Teniendo esto en cuenta, nos situamos a favor de las luchas obreras y procesos revolucionarios que se estén produciendo y se produzcan en todo el mundo, y la solidaridad con estos estará siempre presente, con respeto a las formas y decisiones de cada pueblo. Porque todos los trabajadores del mundo somos hermanos un sistema socialista no tendría cabida en la Unión Europea: es más, la Unión Europea será enemigo directo de cualquier estado socialista, como lo ha sido desde el principio. No podemos olvidarlo: el principal objetivo de la Unión Europea es la construcción de un mercado común neoliberal de capitales y mercancías, esto es, el mismo objetivo del capitalismo”, comentan.

Por otro lado, apuestan por el ecologismo, para lo que, dicen, serán necesarias las expropiaciones, aunque sean mediante la lucha armada. “La elección de la vía para lograr un planeta sostenible debe liberar tantos espacios como sea posible, y tendrá que detener tantos proyectos destructores ·como sea posible. Teniendo en cuenta los condicionantes de Euskal Herria y requiriendo la vía de la revolución de paciencia y tiempo, reivindicámos también una guerra contra el reloj, pues no tenemos un espacio temporal infinito para materializar el cambio. Hay que defender el espacio, expropiar a los destructores. Por tanto, confrontación a través de la construcción y confrontación más directa, todas se deben alimentar entre ellas”, amenazan.

Por último, reinvindican el “feminismo socialista”. “La propiedad privada es la base de la opresión de las mujeres y del heteropatriarcado, pues convierte a la mujer en herramienta para satisfacer las necesidades del hombre y generar descendencia, en manos del padre, del marido, del jefe, del mandatario … Si se va a construir una sociedad sin opresión de género, esto es, una sociedad feminista, solo se podrá construir en el seno del socialismo”, explican.

Para conseguir estos objetivos, una vez más, será necesario emprender un camino violento. “En Euskal Herria, la lucha contra el patriarcado se debe dar en el marco de la lucha por la liberación nacional y social. La liberación de Euskal Herria traerá en estos dos planos la ruptura progresiva de las relaciones de dominación entre hombres y mujeres. En la medida en que esto es en sí mismo dominación estructural y social,necesitamos un proceso social progresivo que acabe con los valores machistas, hasta borrar el machismo de la sociedad”, sostienen.

“Se encuentran presos o en una situación de exilio por mantener una militancia ejemplar”

Exponen en el documento: “Frente al conflicto que padece Euskal Herria a lo largo de los años, muchos ciudadanos han luchado en favor de los objetivos de Euskal Herria, demostrando su total valentía. Frente a eso, los Estados Español y Francés han demostrado una actitud clara desde el principio, puesto que han puesto su maquinaria represiva en marcha contra Euskal Herria. En consecuencia, para responder al compromiso de los militantes vascos, los Estados han causado miles de presos, refugiados y asesinados, como prueba de su carácter mezquino”.

“Siendo esto así, mantenemos plena admiración para con los ciudadanos que están presos en las cárceles de España y Francia y con los que se encuentran en el exilio. Estos presos y huidos se encuentran presos o en una situación de exilio por mantener una militancia ejemplar en una lucha política. Al mismo tiempo, entre nuestros objetivos está la Amnistía”, piden. Igualmente, desvelan que entienden la Amnistía como “la excarcelación definitiva de los presos y la vuelta a casa de los huidos, que será incondicional, junto con la desaparición de las condiciones que generaron esas situaciones”.

A continuación, los disidentes abertzales critican durante la línea oficial: “A pesar de que últimamente los términos para socializarla han cambiado, la lucha no se puede limitar al fin de la dispersión, los sectores populares organizados se tienen que poner a trabajar para que todos sean libres. A pesar de que algunos quieren maquillar el discurso o la realidad, la situación sigue siendo la misma. Asimismo, de estar los presos en cárceles de Euskal Herria tampoco cambiaría en lo esencial la situación de los presos, ni la situación política que trae el que los presos estén en manos del enemigo, aunque se aligeraría el sufrimiento de los familiares. Se pueden combinar en las reivindicaciones tanto el fin del exilio de los presos vascos como el fin de la dispersión y la amnistía, pero de ninguna manera se puede aceptar olvidar lo último, para llegar al problema político de los presos políticos desde el simple humanitarismo y legalismo”.

“La Amnistía, además de la libertad de los presos y huidos, significa la libertad de Euskal Herria, esto se materializará cuando desaparezcan las razones que han obligado a este pueblo a luchar frente a una situación de injusticia, y cuando los responsables pasen frente a la justicia popular. En consecuencia, la Amnistía es una reivindicación que está unida al proceso de liberación, que será una señal de la victoria de nuestro pueblo y, por lo tanto, al igual que todos nuestros objetivos, que conseguiremos con una dura lucha contra el enemigo”, concluyen.

La relación con la izquierda abertzale oficial

A pesar de su buena intención, el documento interno está plagado de críticas a la izquierda abertzale oficial. Arrancan manifestando su rechazo a la ponencia Zutik EH en la que el brazo político de ETA sentó las bases de su apuesta por las vías políticas. Garantiza que “en todo momento” estarán “en contacto con los presos políticos” mientras acusa a la izquierda abertzale oficial de maquillar las exigencias históricas para con este colectivo. Denuncian que están sumidos en una “desorientación ideológica” y estar asistiendo a “una demolición discursiva-práctica profunda en el seno de la izquierda abertzale”. “Euskal Herria es un pueblo ocupado y conquistado que tiene todo el derecho a sublevarse”, reiteran.

Este documento comenzó a circular en la primavera de 2015 y suponeun desafío a la propia ETA que en septiembre de 2014 emitió un comunicado en el que advertía contra este tipo de corrientes disidentes: “ETA considera esas actuaciones muy perjudiciales”, afirmaba.

Desde que la izquierda abertzale apostó por las vías exclusivamente políticas han ido apareciendo grupos de disidencia interna críticos con la estrategia y partidarios de las reivindicaciones históricas, desde la amnistía hasta los atentados. IBIL o Amnistía Ta Askatasuna (ATA) son las marcas que, de forma más o menos abierta, han capitalizado este descontento, aunque no son los únicos.

A estos sectores se les atribuyen acciones violentas como la quema de autobuses el pasado noviembre en Vizcaya en defensa de los presos de ETA enfermos, pintadas en favor de la organización terrorista o la colocación de una bandera de la banda en plena calle durante las fiestas de Vitoria el pasado verano. Preguntados los expertos en la lucha antiterrorista por el respaldo con el que cuentan estos sectores, apuntan a una minoría, pero no obvian que son varios miles los que acuden a sus manifestaciones.

Este documento comparte todo el ideario de los grupos antes mencionados, aunque no se vincula a ninguna plataforma en concreto. Incluso al hablar de ellos mismos usan expresiones genéricas como “el proyecto” o la “organización” sin ofrecer más referencias. El texto tampoco cita a ETA en ninguna de sus páginas pese a que toda su redacción supone una reivindicación de su actividad criminal. “Ha sido la lucha militar la que a lo largo de la historia de nuestro pueblo ha posibilitado avanzar”, destaca al tiempo que insiste en el planteamiento acción-represión-acción que puso en práctica la organización criminal.

(Fuente: La Información)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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