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Sugerencias para la convergencia del soberanismo andaluz

Sugerencias para la convergencia del soberanismo andaluz

Precedentes

Nos encontramos -quizá- en las puertas de una nueva fase política en Andalucía o al menos dentro de lo que puede denominarse movimiento nacionalista andaluz (o soberanismo andaluz o movimiento de liberación nacional o como se quiera).

Dos elementos objetivos autorizan a aventurar este diagnóstico: A. Todo lo relacionado con la campaña para la celebración del 40 aniversario del 4D (tanto precedentes como desarrollo y conclusión); como resumen y puesta en escena de la etapa anterior (1). B. Las influencias y consecuencias del proceso catalán y sus enseñanzas y repercusiones en Andalucía. (2)

Ambos confluyen en un tercero: C. La crisis evidente del “ensoñamiento Podemos” (o Unidos Podemos, que para el caso es lo mismo) o dicho de otra manera, la crisis del discurso que pretendía hacer compatibles -y aún coherentes- el compromiso con la liberación de Andalucía y la inclusión o participación en un proyecto español como es Podemos (y de rebote, IU) que a su vez se inserta en la crisis de perspectivas políticas de Podemos/IU como fruto de sus limitaciones intrínsecas (que el tiempo y Cataluña se han encargado de despejar y emerger).

Las fuentes

Atendiendo a la coyuntura se han formulado por escrito tres diagnósticos del momento y tres propuestas de futuro en sendos artículos publicados en Portal de Andalucía salidos de la pluma de Isidoro Moreno(3), Javier García Fernández (4) y Antonio Torres (5).

Por su parte -y por la vía de la práctica, que también es una manera de intervenir- han terciado en el debate el diputado Diego Cañamero (CUT/Podemos) (haciendo lo que ha hecho y no haciendo lo que no ha hecho (6)) y  el alcalde Juan Manuel Sánchez Gordillo (también CUT), con su presencia y su discurso en el acto de final de campaña de la CUP en Cataluña (7). Por su lado, algunos sectores salidos de la crisis del andalucismo -vinculados a Podemos, pero por otro canal- agrupados en Iniciativa Andalucista se han definido igualmente, exponiendo su horizonte estratégico y programático federalista español (8).

Y siguiendo con más papeles, la corriente a la que pertenece Teresa Rodríguez  y que ejerce hoy la dirección de Podemos en Andalucía -punto de referencia en uno u otro sentido y en mayor o menor medida para la mayoría de los hasta ahora citados- también comenzó el año poniendo negro sobre blanco lo que se supone que es su visión de lo que es Andalucía y de lo que hay que hacer (9) y ahora mismo en ese espacio político se lo traduce, desarrolla y concreta en reflexiones extremadamente descriptivas tanto sobre sus inquietudes como sobre sus propósitos y movimientos futuros.(10)

Recapitulación

Llegados aquí y antes de entrar en la proposición de sugerencias, procede hacer un breve repaso de la situación nacionalista a día de hoy.

Nación Andaluza, organización de izquierda independentista, el Sindicato Unitario y otros colectivos de la izquierda soberanista, manifestaron con claridad su actitud política convocando la tarde del 3D en Málaga una concentración por la Soberanía Nacional de Andalucía en la que todos los convocantes eran fuerzas de exclusiva obediencia andaluza. Una definición  que resume su orientación por la vía de los actos. Simple y clara.

De otra parte, la Plataforma 4D -integrada en un principio y durante largo tiempo tanto por fuerzas españolas como andaluzas- convocó por la mañana otra manifestación por la soberanía. Integraban la mañana del 3D esta plataforma la CUT (que a su vez tiene gente en Podemos, en IU y sólo en la CUT) y por ende el SAT (que pese a ser un sindicato andaluz hace años que también participa en acciones pan-españolas), Jaleo y la asociación cívica Asamblea por Andalucía. Junto a ellos, diversas expresiones políticas surgidas de la implosión andalucista: Andalucía por Sí, Iniciativa Andalucista (que a su vez suma a Izquierda Andalucista y a Iniciativa del Pueblo Andaluz) y los grupos que tienen por reconocido portavoz al Sr. Altamirano. De esa Plataforma 4D -recordémoslo- se salieron de hecho por su propia voluntad las fuerzas españolas Podemos y PCE-IU, convocando por su parte en Sevilla el día antes; actos que también tuvieron el soporte de fuerzas como Iniciativa Andalucista.

Acotando el debate

Es obvio que existe una presión por la unidad. Negarlo sería negar la evidencia. Muchos y muchas no entienden porque -se dice- “si se supone que estamos fundamentalmente por lo mismo, no estemos juntos establemente al menos en lo esencial y así multipliquemos fuerzas”. Planteada así la cuestión, no hay escape. La unidad se impone como necesidad. Y quien se opone por oponerse se relega a la función de obstáculo o se degrada a la condición de secta.

Desafortunadamente, el asunto no es tan simple, porque la base de partida del planteamiento es errada. No todos los colectivos referidos aquí  “estamos por lo mismo”. Y esto es así incluso si se acordara -primando el futuro sobre el pasado- eludir la cuestión de los balances -que los carga el diablo- para averiguar qué es ese mínimo común -“lo mismo”- y quienes estarían por ello.

Se impone pues una clarificación política que delimite el espacio de quienes son llamados -en su caso- a articularse y aclare los objetivos para los que son llamados. Que sea amplio, sí; pero no difuso. Que sea abierto sí; pero no ambiguo y por tanto inútil.

Porque al tiempo que se pretende avanzar hacia una convergencia que no sea mero reacomodo formal hay también obligadamente que reflexionar sobre las claves que nos han llevado hasta la actual situación y situar sus causas, para luego plantarnos a actuar en el nuevo y deseado escenario.

Sólo con los colores de la bandera no se construye una política (ni se sostiene).

Propuesta de Bases de Confluencia. Los objetivos

La Soberanía. La reivindicación de Soberanía Nacional para Andalucía es un buen primer cabo de partida como objetivo político. Se asienta en el derecho del pueblo andaluz a decidir en exclusiva el destino de Andalucía y todos los aspectos de su realidad y si quiere que su Estado sea o no independiente. Permite agrupar a quienes, desde esa soberanía, planteen  y defiendan desde hoy diversas salidas para el futuro de Andalucía una vez que se obtuviera. Debe también sustentarse en un claro soporte estrategico: su obtención dependerá de la actuación y movilización de los andaluces y andaluzas.

Pero esta referencia, con ser clave e importante, es insuficiente si no se la explicita debidamente para evitar ambigüedades o duplicidades que finalmente la anulen como elemento dinamizador y delimitador. Hay que añadirle obligadamente la exigencia y condición del carácter exclusivamente andaluz de las organizaciones llamadas a confluir y de la naturaleza exclusivamente andaluza del proyecto a construir. O dicho de otra manera, no es creíble demandar la soberanía andaluza desde organizaciones españolas o desde dentro de organizaciones españolas. Es contradictorio en sus propios términos y más aún si tenemos en cuenta como históricamente se ha conformado en concreto la dominación española sobre Andalucía y cómo hoy se organiza y perpétua.

Además, todo ello es lo coherente con una visión en la que el camino hacia la conquista de la soberanía política nacional se construye desde la autorganización de los andaluces y andaluzas en todos los ámbitos de la vida social, lo que a su vez implica su desconexión simultánea y sistemática de cualesquiera estructuras españolas.

Andalucía es una Nación. Andalucía no es España y los andaluces no somos españoles. Andalucía hoy se encuentra incluida en el Estado español, cierto. Pero ya desde hoy una convergencia nacionalista y soberanista que merezca tal nombre ha de trabajar y construirse difundiendo la evidencia y generando la conciencia de que Andalucía es una Nación y que los andaluces no somos españoles, salvo en el DNI o en el pasaporte. Asumir estas premisas de afirmación y recuperación nacional como elementos referenciales son precondición obvia para sustentar a su vez la demanda de Soberanía Política (estatal) y Soberanía Social (en la autoorganización social), porque es lo que fundamenta que nos sintamos “todo” y no “parte” y que pensemos, actuemos y decidamos en consecuencia de forma soberana, es decir propia, sin dependencias ni supeditaciones.

El proyecto nacional andaluz debe vencer y destruir al proyecto nacional español en Andalucía para que Andalucía sea libre. Sin disociarse de la españolidad y enfrentarse a ella no hay nacionalismo ni soberanismo que valga, sólo regionalismo mendicante. En un primer termino, construir una Andalucía consciente de sí misma, transformada en sujeto activo de su propia emancipación nacional, conlleva que entienda su relación antitética con el Estado español en términos estrictamente de intereses y eso es imposible sin primero el cuestionamiento y luego la destrucción de la españolidad.

Resumiendo lo anterior y expresándolo políticamente en términos claros, esta confluencia no sólo excluye de antemano a Podemos o a IU en tanto formaciones españolas sino que para participar de esa confluencia hay que abandonar previamente Podemos e IU y cualificar a ambas fuerzas como adversarios políticos de la liberación nacional y social de Andalucía. Igualmente se desprende que se autoexcluyen en un horizonte delimitado por las bases antedichas quienes  no pueden ser consecuentemente soberanistas porque sitúan su centro de referencia en España y declaran que quieren a partír de una hipotética reforma federal de España obtener unos pretendidos réditos para Andalucía (es decir, los que compartan y defiendan las bases programáticas que difunde Iniciativa Andalucista o similares; en tanto que las compartan y defiendan). El soberanismo sólo puede y debe excluir de su agrupamiento soberanista lo que no es soberanismo.

La realidad se transforma no rebajándose a ella sino empujándola. La libertad  y la soberanía no se conceden; se conquistan.

Propuesta de Bases de Confluencia. Los medios

Una nueva etapa demanda nuevos instrumentos. Reclamar el agruparse bajo instancias o plataformas pasadas que la historia ha unido a una experiencia que se quiere sobrepasar y que no han sido comunes para todos los que se quiere agrupar es el mejor medio para evitar que la convergencia se produzca.

Nuevos tiempos demandan impulsos constituyentes y un proceso tan múltiple y plural como lo que pretende sumar.

Las organizaciones que todos y todas reconocemos como serias expresiones políticas y sociales del soberanismo y nacionalismo andaluz y que compartan las anteriormente citadas bases mínimas de unidad y convergencia habrían de verse, ajuntarse… para una unidad de acción que puede ser general, puntual, sectorial. Desde el respeto mutuo y la valoración fría de cuanto importa que todos sumen lo que tienen y de que esas sumas no se miden en términos aritméticos sino políticos.

Las organizaciones sectoriales habrían de verse, además, específicamente, no sólo para desarrollar sinergías sino también para debatir sus practicas y afrontar las discusiones amontonadas pendientes sobre la realidad y el sector que trabajan (el movimiento obrero de la ciudad y del campo, la cultura, la mujer, la enseñanza, la juventud, el campesinado, la prensa y propaganda, la actividad social, la solidaridad  internacional, el trabajo barrial…).

Y las personas en conjunto que comparten la aspiración de una Andalucía Libre habrían de encontrarse y debatir, habrían de verse y rozarse y mezclarse e interpelarse. Trabajar por la realización de una especie de “Estados Generales del soberanismo andaluz” que en dos o tres días permitiera ir intercambiando experiencias e interrogantes; despejando apriorismos y malentendidos; sembrando acuerdos y colaboraciones, sin una inmediata voluntad resolutiva… pero para a su vez sostener y amparar a los otros dos procesos de convergencia citados.

Hacerlo sobre estas bases -objetivos y medios- puede prepararnos para la fase política inmediata y ahorrarnos más días perdidos y más dificultades soslayables.

Notas:

(1) Ver para el relato y el análisis del proceso y las campañas por el 4D mi articulo, 2017, Pensando en el después del 4D, Revista de Pensamiento Andaluz, 29/11/2017

(2) Lo trate en Podemos se define sobre Andalucía cuando habla de Cataluña, Revista de Pensamiento Andaluz, 5/11/2011.

(3) Isidoro Moreno, Tras el 4D, el debate necesario. 6/12/2017.

(4) Javier García Fernández, Somos 4 de Diciembre: Apuntes para reconstruir el andalucismo como actor político, 9/12/2017

(5) Antonio Torres, Andalucía, 4 de diciembre de 2017, ¿punto de inflexión?, 21/12/2017

(6) Ver al respecto mi articulo “Cataluña, Pablo VI, Diego Cañamero y ‘El Ultimo Mohicano’”, Revista de Pensamiento Andaluz, 17/12/2017

(7) Ver en youtube, discurso de Juan Manuel Sánchez Gordillo en el acto final de la CUP-Cataluña, 20/12/2017

(8) Ver en El Diario, Paralelo 36 y la Red de Municipalismo en Común celebran el 4D levantando la voz por el federalismo, 4/12/2017

(9) II Congreso Anticapitalistas Andalucía, Resolución sobre la Cuestión Nacional andaluza, 21/1/2017

(10) Jose Ignacio Garcia, Hacia un nuevo discurso del cambio en Andalucía, Paralelo36, 28/12/2017. Tan interesante como exponente por lo que dice como por lo que dicen los otros dos autores con los que se preocupa en polemizar y cómo lo hace.

(Fuente: Revista de Pensamiento Andaluz / Autor: Javier Pulido)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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