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Las Primarias de Podemos – VENCEDORES Y VENCIDOS

Veamos primero el contexto.

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Podemos obtuvo en Andalucía en las ultimas elecciones autonómicas 590.011 votos, que le reportaron el 14,8% y 15 diputado.

Declara en Andalucía un censo de 14.241 inscritos. Es decir, las personas apuntadas en Podemos suponen el 2,41% de su electorado.

De estos han participado en las primarias 11.531 personas, el 81% de su censo de inscritos -o lo que es lo mismo- lo que representaría el 1,95%. de su anterior electorado.

El recordatorio de esta relación es pertinente porque ser o estar en el censo de Podemos no significa coste, compromiso e implicación alguna más allá de haber realizado en su momento una facilísima inscripción digital, que sólo implica una media hora de dedicación. Todo el que quiera puede inscribirse en Podemos (hasta el que esto escribe lo podía haber hecho de haberlo querido) y todos los votos valen igual; sean cuales sean las ideas y los actos (o su ausencia) de quienes los quieran ejercer.

Podemos no tiene nada que ver con una organización política militante; más bien es su antítesis (aunque pueda haber militantes que estén también en Podemos y que traigan a Podemos su militancia, lo que es muy distinto). Podemos ha llevado al ultimo extremo la disociación entre representación política orgánica e institucional y compromiso militante (programático y organizativo); cuestión que en su momento histórico fue uno de los elementos principales de diferenciación entre la socialdemocracia reformista y las organizaciones militantes revolucionarias. Incluso organizaciones reformistas españolistas de hoy como IU o el PCE si las comparamos con Podemos, mantienen y requieren un mayor grado de implicación y vinculación.

¿Qué es pues hoy Podemos?. A la vez, un síntoma social, un estado de opinión y un nivel de conciencia y dandole cobertura y expresión, una representación institucional y una parcela mediática.

De ahí la importancia crucial del control de su representación institucional -que son quienes van a desarrollar y concretar la política real de Podemos y dan acceso a los medios de comunicación- y de ahí también las formas y niveles en que se sustancian y dilucidan sus debates y enfrentamientos. Sin estructura o practica militante la discusión es y tiende a ser forzosamente genérica, propagandística, simplificada, personificada… y es lógico y normal que en consecuencia -y ubicados en el siglo XXI -tenga como escenario clave y principal las llamadas “redes sociales” y no unos círculos internos política y orgánicamente irrelevantes para el curso de su organización.

Podemos (o IU) es, en resumen, una estructura pensada y funcional para la gestión del malestar social pero no para su organización y desarrollo y mucho menos para transmutarlo en conciencia rupturista y convertirlo en movilización extrainstitucional con una perspectiva de enfrentamiento y ruptura con España (en su doble naturaleza de Estado y orden político-social).

 

Los vencedores internos

Las elecciones primarias en Andalucía han supuesto una victoria política aplastante deTeresa Rodriguez y Anticapitalistas. Su candidatura ha obtenido el 75% de los votos a nivel nacional (8.582 votos) frente a la de Pablo Iglesias y Diego Cañamero que llevaba en su numero 1 a la diputada Isabel Franco (un 21,65% y 2.480 votos). Han vencido a nivel nacional y en todas las circunscripciones provinciales y se llevan todos los puestos de salida; los números 1 y los números dos en Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Málaga y Sevilla y también los tres en Cádiz, Córdoba, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla.

Desde el punto de vista político más de fondo -y como se decía en el articulo Adelante Andalucía, la bronca en Podemos y otros derivados– han ganado asumiendo y defendiendo “el marco político y el texto estatutario y el respeto a los procedimientos constitucionales que mantienen sujeta y dominada a Andalucía (lo que hace que sus ocasionales referencias retóricas a la demanda de soberanía para Andalucía sólo puedan catalogarse como ejercicios de consciente hipocresía y cinismo político en grado superlativo)”. Su discurso se ha centrado en el ”quien” y no en el “qué”, aceptando sin reservas y repetidamente que mantenían y defendían idéntico programa que sus oponentes(1).

Aún así, han ganado porque tanto en el discurso de Teresa Rodriguez como en su gestión del conflicto han sabido adecuarse mejor al nivel de conciencia existente en su ámbito y además han desarrollado a lo largo del enfrentamiento con la dirección pablista española una gestión táctica superior.

Teresa Rodriguez ha encarnado perfectamente y con habilidad ese “andalucismo” desvaído que ha resumido e impregnado la trayectoria de Podemos en Andalucía y que conecta con la trayectoria anterior de IU, concretándose en el manifiesto “Adelante Andalucía” y en la operación electoral que ampara. Un “andalucismo” compatible con la españolidad e identificado con el Estatuto -tan declarativo como impotente- funcional a un proyecto político españolista inserto dentro del marco neoliberal (2)

A su alianza previa ya establecida con el PCE-IU de Maillo y a la incorporación subordinada en la operación de dos pequeñas organizaciones surgidas de la implosión del Partido Andalucista (Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza) -a modo de floreros avalistas de su imagen andaluza- la fracción de Anticapitalistas supo sumar nuevos aliados internos con los que sustentar y dar credibilidad a su relato de portadores de un pretendido “proyecto andaluz” atacado desde Madrid. De entrada, supo aprovechar con inteligencia la crisis larvada del SAT -provocada por la gestión política y organizativa de Cañamero y sus adláteres en los últimos años- para incorporar simbólicamente a su plataforma a la diputada Mari Garcia, destacada militante histórica del SAT y del mismo pueblo que Cañamero.

Dividido el SAT y destruido así de antemano buena parte de la pose y el discurso demagógico habitual de Cañamero, añadió además a su lista a antiguos errejonistas y a diversas figuras locales -procedentes incluso del PCE o de IU- con lo que consiguió combinar y conciliar los intereses políticos de Anticapitalistas con una red de alianzas que recogían casi todo de lo existente con una mínima entidad en las estructuras andaluzas de Podemos; anulando así buena parte de los efectos de la campaña de feroces ataques contra Anticapitalistas lanzados desde Madrid y desde sus súbditos en Andalucía.

A la manera de los judokas, Rodriguez y los suyos han vuelto contra sus atacantes sus propios argumentos y sus propias jugadas, convirtiéndolas en munición propia.

Así, de entrada y y desde la misma presentación pública inicial de la lista Franco-Cañamero, nada más empezar la campaña, Rodriguez ya obligó a situarse en su nivel de discurso a sus oponentes: inolvidable la diputada Franco recitando de memoria frases de corrido -notoriamente mal aprendidas- que pretendían copiar el discurso de Rodriguez, reivindicándose tan “andalucista” y “andaluza” como la otra y el papel de “aval-protector” de Cañamero, su eco e inseparable acompañante.

Posteriormente, el patético nivel político de la diputada Franco mostrado en sus sucesivas intervenciones publicas y evidenciado en el debate cara a cara con la diputada Rodríguez o la propaganda emitida desde Madrid -entre falaz y ridícula y claramente mal planteada por los presuntos “profesionales” que la diseñaron- han ido paradójicamente fortaleciendo paso a paso a Rodriguez, según avanzaba la campaña en redes sociales.

Las intervenciones inquisitoriales de Echenique, las filtraciones a la prensa amenazando con la disolución desde Madrid si ganaba Teresa, los cartelitos en redes poniendo de traidores para arriba a los de Anticapitalistas o esos videos pretendidamente “humanos” de Franco que junto a las soflamas para simples de Cañamero competían en quien provocaba más vergüenza ajena, han sido hitos sucesivos que han terminado por endosar a Rodriguez la imagen de portar consigo el mínimo de calidad política necesaria para permitir la supervivencia electoral de Podemos frente a la indiscutible incompetencia, el “cuñadismo” y la imagen de irresponsabilidad, dependencia y tácticas de “tierra quemada”, que se han ido creando a pulso sus adversarios. En el lado de Iglesias/Cañamero, sólo el diputado de Manuel mostró alguna habilidad para intentar vender en público su producto intentando enhebrar algo parecido a un relato propio, aunque sin emoción; empeño desactivado y anulado ante el insalvable y pesado lastre de tener que terminar vinculándolo obligadamente con el apoyo al discurso vacío de tan notorios inútiles políticos como Franco y Cañamero y al hecho inocultable de estar sosteniendo una operación decidida y diseñada en y desde Madrid.

Los vencidos internos

La fracción pablista -es decir la dirección política y el aparato profesional de Podemos en Madrid- han sido claramente derrotados.

Si asumen y tragan con los resultados y no disuelven desde Madrid “manu militari“tendrán que convivir en adelante con el hecho de que Anticapitalistas como proyecto español ha conseguido construir en Andalucía una especie de “base de Yenan”, donde replegarse política y organizativamente hasta mejores tiempos.

Habiéndolo intentado Pablo Iglesias y sus apparatchiks no han conseguido evitar que les surja al sur de Despeñaperros una especie de “neoPSUC”, es decir, una organización territorial que aunque comparta su estrategia española y españolista y su discurso, tenga de hecho una parte de imagen externa propia y sobre todo cierta autonomía orgánica para modular y adaptar a la andaluza sus orientaciones. Por ejemplo, este resultado pone bien difícil a Madrid imponer a la sucursal andaluza una suicida coalición de gobierno con el PSOE en Andalucía de darse hipotéticamente las circunstancias posteletorales que la hicieran factible.

Lo aplastante de la derrota deja también muy difícil la constitución de un sólido núcleo de fieles, salvo fanáticos o quemados. Los “trepas” se pensaran si les sigue trayendo cuenta a corto-medio plazo seguir ejerciendo de candidatos a procónsules, más aún teniendo en cuenta que las listas al parlamento español no dan para tanto y que el cupo de liberados en el aparato no se puede extender indefinidamente.

La forma en que se ha planteado el enfrentamiento también les dificulta su mantenimiento y homogeneidad. Como no ha habido debate político alguno sobre cuestiones de fondo -porque estaban de acuerdo- y se han centrado exclusivamente en exégesis juridico-organizativas, si no utilizan la fuerza estatutaria interna de inmediato se quedan sin qué decir y sin nada con qué justificar ni sus criticas ni sus peticiones o demandas.

Junto a Pablo IglesiasDiego Cañamero es otro de los grandes derrotados. Su discurso y practica políticas ambiguas e insustanciales le situaban en abstracto de antemano en buena lógica del lado de su anteriormente aliada y antaño tantas veces alabada Teresa Rodriguez. Sin embargo, llegado el momento, decidió escoger el puesto de “primer manijero” de Pablo Iglesias en Andalucía.

Creía seguramente contar a su favor con su imagen pública -construida gracias a la utilización en su provecho político del trabajo y esfuerzo de tantos años de tantos militantes del SOC y del SAT- y también con el peso propio del SAT, utilizado en su personal beneficio en la interna de Podemos. En ambos aspectos erró.

De una parte se ha comprobado que aún en el reducidisimo espacio de los inscritos en Podemos una cosa es considerarlo o admitirlo como acompañante segundón que hace alarde de su biografía social para ponerla al servicio del Jefe español de turno -como antes hizo en IU- y otra muy distinta considerar que sus lugares comunes, sus generalidades y sus análisis inconexos y desprovistos de coherencia política, conocimiento y fundamentos sirven para convencer a alguien fuera de los ya convencidos o fanatizados, en especial fuera de las contadas comarcas o localidades donde a su figura como personaje aún se le confiere alguna conexión mítica con el pasado. Haber sido pobre desde niño -como tantos y tantas- o haber estado en muchas movidas -otra cosa es cómo y para qué y con qué resultados- o no haber robado individualmente -como otros muchos- no es suficiente para traspasar los limites que su trayectoria y posiciones -de un lado- y la evolución de la realidad social andaluza -de otro- han terminado por imponerle. Cada vez que en los videos distribuidos por el pablismo se veía y escuchaba a Cañamero -pegado a Franco como una lapa- pretender argumentar, hablando como si hablara en una asamblea tensa del SAT de El Coronil, disminuía su capacidad de influencia política, se deterioraba su imagen y en consecuencia transfería credibilidad a Teresa Rodriguez y su gente.

De otra parte, Cañamero fue incapaz de mantener controlado, totalmente callado y detrás suyo a todo el SAT. Tras decir que estaba con el, no pudo conseguir mantener a la diputadaLibertad Benitez en sus filas, que abandonó el escenario de combate anunciando su retirada a su puesto de trabajo (que para eso lo tiene). Y a continuación -en no se sabe qué orden- pergueñó la lista que le hacían a Franco metiendo amistades, asistentes y familia por aquí y por allá, al tiempo que la histórica Mary Garcia -diputada ya hoy en el Parlamento andaluz- se unía a Teresa Rodriguez.

Hoy Mary Garcia tiene tras de sí el primer puesto en las listas de Sevilla con 1.861 votos mientras el mesiánico líder se ha de conformar con un inútil 6º puesto y 481 votos a los que acompaña el fracaso generalizado de todos sus propuestos en todas las provincias donde lo intentó.

Esta derrota de Cañamero no es sólo suya. Es también la de toda una trayectoria que ha hecho del SAT en la practica el “Sindicato de Cañamero”, dejando detrás de si un reguero de expulsados y de abandonos y una imagen de incoherencia política, autoritarismo interno y mercantilismo que ha afectado de forma extrema a todo el Sindicato, dado el aplauso expreso o el silencio complice con que se ha acompañado esta deriva. Es la derrota del caudillismo, de la ausencia de transparencia, de la hipocresia, de la apología de la falta de organicidad y debate político y sindical. Se equivocarían en el SAT quienes piensen que esto “no va con ellos” porque no se enmierdaron directa y personalmente en este ultimo charco; porque este episodio político no se puede explicar ni comprender sin todos los anteriores que lo hicieron posible. También se equivocaran si creen que tras todo lo ocurrido basta un enésimo “cierre de filas” o un pacto de las alturascon amnesia y amnistía mutuas para volver a un “pelillos a la mar” y “aquí paz y después gloria” y seguir yendo de “soberanistas andaluces” en días de feria cuando cotidianamente se trabaja políticamente  para provecho de España (y además algunos viven de ello). Todo esto -y lo que lo ha precedido- lo ha visto y vivido demasiada gente.

 

En lo externo

A corto y medio plazo, España sale vencedora de este envite, dado el nivel de alienación y dominación del pueblo andaluz.

SPodemos España traga de momento, tendremos aquí una reedición deConvocatoria por Andalucía” que pilotada desde Podemos por una fracción como Anticapitalistas que también tiene su dirección en Madrid -no lo olvidemos- intentará reverdecer el discurso “españolista de izquierda”. No es probable que con esos débiles e incoherentes mimbres pueda con el Régimen del PSOE y aún menos con la derechización creciente de la sociedad andaluza (que avanza al paso de su precarización y pauperización).

SPodemos España dinamitara su sucursal andaluza, tendríamos aquí no una sino dos versiones de esa “neoConvocatoria” -a la manera en que en Cataluña tuvieron IpC y EUiA- y dos (sino tres) versiones de ilusiones y confusionismo en competencia.

Cuestión distinta sería -como ya se apuntó en su momento- que Anticapitalistas de Andalucía abriera un proceso político de refundación nacional y rompiendo con Anticapitalistas de España se reconvirtiera en una fuerza de izquierda nacional realmente andaluza, dando lugar a una nueva constelación de fuerzas y factores. Nada indica de momento que esto este ni en camino ni en proyecto y además cabe recordar la historia de Anticapitalistas (que inicio su andadura en Podemos expulsandovía wassap de su seno al 40% de su organización por “molesta”) para entender que -incluso de plantearse el caso- no sería precisamente un camino de rosas.

Queda pendiente lo que ocurra o no ocurra en el SAT y en su espacio político para acabar de clarificar cual es su situación y su ubicación.

En cualquier caso, el movimiento nacionalista andaluz no puede detenerse. Debe fortalecer sus organizaciones políticas y sociales actuales, sí, pero también debe plantear con valentía y decisión iniciativas de convergencia soberanista que vayan ampliando espacios y afrontando nuevas tareas.

Aún siendo los que somos y aún sabiendo la dificultad de la tarea, el objetivo de la liberación nacional y social de Andalucía merece el esfuerzo.

JAVIER PULIDO

 

NOTAS

  1. Así lo describía en mi entrada de Facebook del 13 de Julio a las 13,04 H. COMENTARIOS EN VIVO AL DEBATE CARA A CARA DE PODEMOS en ANDALUCIA (Teresa Rodríguez vs. Isabel Franco) que aquí recupero textualmente:

“En el apartado de Propuestas Programáticas para Andalucía se confirman por boca de las candidatas dos apreciaciones:

 

a. Las dos reivindican, se sostienen y se limitan al actual marco estatutario y por ende constitucionalIsa Franco se reclama expresamente del proceso estatutario de 1979 y 2007 (con el añadido de algunas afirmaciones ininteligibles como la que adjudica al “28-f la concesión del derecho al voto“(sic))

 

b. Las dos dicen no tener diferencias programáticas entre sí (Isa Franco incluso llega a decir que en las anteriores elecciones se presentaron sin programa, aunque luego rectifica y dice que ella coordino el programa electoral).

 

Cuando desgranan concreciones, relatan una retahíla deslavazada de asuntos en los que en la mayoría de los casos el Estatuto no deja a Andalucía competencia política definitoria alguna. Ahí Teresa Rodriguez suma el asunto de Doñana cuando los asuntos que le afectan y las decisiones que pueden salvarla siguen estando en manos españolas. Y acaba reclamandose del acuerdo sobre financiación autonómica que suscribieron las sucursales andaluzas de PSOE, PP, IU y Podemos para respaldar al Gobierno en Andalucía de Susana Diaz y que ahora el Gobierno Sánchez de España ha dicho que no va a tener virtualidad alguna

 

Por ejemplo, Andalucía no tiene -desgraciadamente- capacidad alguna de modificar lalegislación laboral (para acabar con la precariedad). Cuando Isa Franco propone un convenio nacional de hostelería como medida institucional parece mostrar un profundo desconocimiento de lo que es la negociación colectiva y de lo que significa de obstáculo la dependencia competencial estatutaria para avanzar hacia un marco andaluz de relaciones laborales.

 

Idéntica reflexión y valoración acerca de las sucesivas peticiones de ambas de mejoras asistenciales, infraestructuras o servicios públicos cuando, de entrada, la fiscalidadsigue establecida y definida en Madrid y por España y es España la que fija y decide (aplicable también al control español del Guadalquivir).

 

Aunque sea en forma de “carta a los Reyes Magos“, a las dos diputadas –una vez que no tienen ni reclaman y ni siquiera imaginan instrumentos políticos institucionales para intervenir realmente sobre la realidad económica y social dependiente– y como forma de resolver la miseria y la sobreexplotación, el desempleo y la precariedad, sólo se les ocurre citar la propuesta de extender el modelo del Subsidio Agrario al conjunto del país (eliminando incluso el requisito de las peonadas). A eso lo llaman “Renta Básica”.

 

Ninguna de las dos cita siquiera en una ocasión la demanda genérica de Soberanía Nacional para Andalucía.

 

Ninguna utiliza el termino “nacional” ni una sola vez cuando se refieren al ámbito andaluz (incluso Isa Franco distingue entre su país y Andalucía, de lo que se puede inferir que considera y defiende que su país es España).

 

Ninguna hace la menor referencia al proceso nacional vivido en Cataluña y a la represión del Estado español y lo que ello pudiera implicar para un proyecto político programáticamente fundado, con aspiraciones para liberar nacional y socialmente Andalucía.

 

Por lo demás, entre ambas candidatas, resulta evidente que la diputada Franco no ha debatido políticamente mucho en su vida y que en ese terreno de las habilidades, la diputada Rodriguez vende y expresa en palabras y gestos mucho mejor lo que son sus posiciones políticas (en lo hasta ahora dicho, indistinguibles entre una y otra).

 

Ahora siguen debatiendo sobre asuntos internos de Podemos, sus formas de organización y sobre cómo conseguir más apoyos (si prefieren “el potaje” o “el puré”…). (Cuestiones de más bajo y particular nivel).”

 

(2) Antonio Garrido Porras analizaba así en Facebook el texto y el discurso político de “Adelante Andalucía”:

 

Pretender derrotar a la derecha política y al neoliberalismo en Andalucía, es decir, al PSOE y a lo que llaman susanismo, con este arsenal ideológico y discursivo (el delmanifiesto “Adelante Andalucía y las declaraciones de los dirigentes) es, cuando menos, una inmensa ingenuidad. Nadie derrotará aquí a las derechas sin un marco estratégico ligado a la soberanía política de Andalucía. Pero el “andalucismo de izquierdas” que se postula en este proyecto es una cháchara hueca, deshistorizada y despolitizada.

Es un andalucismo cuyos soterrados mimbres intelectuales son:

  • Impugnar subrepticiamente a uno de los demonios políticos del pensamiento único, el nacionalismo. Por tanto, en el marco de una “España plurinacional”, frente a los nacionalismos “egoístas y excluyentes“, el andalucismo se proclama alternativamente como un universalismo, lo que no quita para que, en el mismo gesto y sin ruborizarse, se exija que “Andalucía como la que más“. El reclamo soberanista se critica en otros como etnicista e insolidario, pero los beneficios que aquellos arranquen al Estado español también los queremos aquí como los primerosNo somos nacionalistas, porque es una insolidaridad, pero queremos beneficiarnos de los logros soberanistas que otros consigan con su lucha.
  • Es una reivindicación de especificidad de Andalucía que se camufla vergonzosamente tras una retórica antiidentitaria. Lo identitario, en el tema nacional, está bien si eres del Tercer mundo, como los polisarios o los palestinos o arrastras una opresión atávica como los gitanos. Pero en el centro del eurocentrismo, valga la redundancia, lo cosmopolita es el mestizaje. Un mestizaje político superador de lo identitario, pero que se conforma en base a identidades previas. De modo que frente a lo regresivo de lo identitario (judío, árabe o catalán), lo andaluz como mestizaje conforma una identidad de tipo superior, no esencialista. Como si cualquier identidad no fuese el fruto de hibridaciones y mestizajes históricos. Pero es una ridícula circunnavegación intelectual para desestimar a lo identitario reclamando tu propia identidad andalucista, una especie de identidad postidentitaria.
  • Este “andalucismo de izquierdas” no contiene ninguna cuestión estratégica. Es simplemente una cháchara que se declina con una jerga pseudopoética a la altura de Lauren Postigogente de luz, duende, alma universal, mestizaje, soñar bajo la luna llena, volar... Tiene gracia, porque este lenguaje insustancial y de lírica barata, se utiliza para impugnar las propuestas soberanistas de otros por esencialistas, y lo hace con una retórica que es un puro esencialismo platónico sobre el alma eterna y universal de “nuestra tierra
  • En definitiva, un discurso político que se presenta como alternativo al “susanismo” pero queno contiene, más allá de declaraciones contra la “desigualdad y las injusticias“, ninguna propuesta estratégica de superación del marco neoliberal y de subalternidad política de Andalucía.

Nada más que hay que leer el Manifiesto “Adelante Andalucía“, una retórica a la altura del histórico relato modernizador del PSOE andaluz. Un discurso alienado porque está pensado desde fuera y supeditado a otras abstracciones políticas que tampoco contienen cuestión estratégica alguna (alianzas, hoja de ruta, escenario rupturista), sino que funcionan como mantras de autoconsolación: “España plurinacional“, “República federal y solidaria“, etc.”

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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