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El españolismo sonriente: humoristas al servicio de la colonización (III)

saludito

Ante el éxito comercial de Ocho apellidos vascos, sus creadores decidieron explotar la fórmula y ampliar a Cataluña la diana de la parodia peyorativa. Así surgió, tan solo un año después, su secuela, Ocho apellidos catalanes (OAC); como indicábamos en el artículo anterior, también protagonizada por el andaluz Dani Rovira, del que seguiremos ocupándonos tras la reseña de esta película. Pero vayamos sin dilación a mostrar algunas de las claves semánticas del filme, que en buena medida continúan siendo las mismas que las de su antecesora.

No es de extrañar que la cantante Rosa López declarara recientemente: “en ocasiones me da pánico regresar a Granada porque empiezo a hablar mal”1. Para que no se le olvide que su manera de expresarse debe ser motivo de vergüenza (“zi reniegah de tu lengua reniegah de tu kurtura / i trankiloh, xabaleh, k’er kompleho ze kura”, como canta la FRAC2), ahí están productos audiovisuales como el que aquí analizamos. El andaluz sigue caracterizándose en OAC por este atributo del ‘mal hablar’. En 6:413, la cinta repite exactamente, con la misma palabra, el mismo chiste que ya apareció en la anterior cuando el personaje de Rafa (Dani Rovira) dice: “¡Klaro, me hah-engañao! Komo no tieneh er flekiyito eze, aberchándal…”. En 15:03, sus amigos experimentan intensas dificultades, incluidos balbuceos y tartamudeces, para leer una invitación de boda en la lengua de Ramon Llull, sin que falte, como de costumbre, la confusión de vocablos: “«Posterior convit a la Masia. Us esperma a tots»”, “«Er Dissa…», «di», «dissabte»”, “Di «sa», di «sábado», koño. ¡Zábado; en ehpañó!”, “Zábado, zábado, kohoneh, «disset de abril»”4.

Los dos momentos que citamos a continuación ejemplifican la incapacidad lingüística pero unida a la ignorancia e, igualmente, la ingenuidad y sugestionabilidad del pueblo andaluz, también citadas en relación con la anterior película. Así sucede en 15:24, donde, al tiempo que se repiten los tópicos sobre Cataluña difundidos por la ‘Brunete mediática’, se confunde la geografía catalana con la de Aragón y se alude, de modo erróneo (claro), a las denominaciones de la la lucha callejera vasca, la ciudad de Girona y la policía catalana. Joaquín, uno de los amigos de Rafa, alude a “loh mozoh de la ehkuadra ezoh”, Curro apostilla que “loh mozoh de la ehkuadra zon la kale barroca de ayí” y utiliza como topónimo “Hirona”, en referencia al lugar de trabajo y residencia de un primo del primero, quien, a su vez, afirma que las/os catalanas/es “kuarkier día ze independizan, montan un muro la mar de grande […] i de aí no entra ni zale na”. Cuando Koldo pregunta a Rafa cómo piensa “reconquistar a Amaia en tres días”, como acaba de anunciar este, le responde, fanfarrón, “I m’ehtán zobrando doh, pa konozè Zaragoza i Terué”.

Otro ejemplo de ignorancia (atrevidamente inconsciente) andaluza encontramos en 18:06, una vez que tratan de salir de la estación de tren de Barcelona Sants, destino al que acaban de llegar: “Koldo, por fabò, ¡ke no noh ehkuxen ablà kahteyano!, ¿eh? Komo ehta hente ze molehten, rehponden en zu idioma na máh ke pa tokà loh kohoneh”. Empero, poco después, Rafa rectifica su propia definición del catalán, amén de echar tierra encima a su propia expresión lingüística: “¿Ké idioma, ni ké idioma? Ezo eh un dehe; un kahteyano xapurreao. Eh komo el andalú: ze komen lah letrah. Zi eh k’ eh mu fazi, mu fazi. Ehpera, ehpera-te…”. Se dirige a un viajero, al que interpela así: Escolti, soci, ¿don estic la parats dels taxis? El viajero catalanoparlante le responde en su lengua propia ofreciéndole las oportunas indicaciones pero, lógicamente, no entienden nada.

El andaluz vuelve a mostrarse, tal como hacía en OAV, igual de mentiroso, ignorante y bocazas como en OAC. En el minuto 21:54, Amaia le echa en cara que no sepa quién es Picasso; lo curioso es que este pintor sea precisamente andaluz. En el momento en que un/a andaluz/a alcanza notoriedad, en este caso, mundial, por sus méritos deportivos, científicos, filosóficos o artísticos, como sucede con Picasso, parece como si abandonara inmediatamente su condición andaluza y se convirtiera automáticamente en ‘español/a’ (o, al menos, ‘universal’). Sin embargo, el personaje de Rafa sigue siendo explícita y manifiestamente andaluz, lo cual queda denotado con el marcador de la ignorancia e inoperancia lingüística (lo más curioso es que, como veremos más adelante, el actor que encarna al ignorante Rafa sea tan malagueño como Pablo Picasso, sobre todo teniendo en cuenta uno de sus monólogos para El club de la comedia, del que nos ocuparemos en el próximo artículo). Rafa falsea una historia para fardar de lo que no conoce, crea palabras inventadas en euskera e inglés, desconoce los sofisticados galoanglicismos de su interlocutor catalán Pau (cuyo nombre de pila catalán, equivalente a Pablo, cree que es un diminutivo del castellano “Paulino”), no se muestra muy sensible respecto a su estética pictórica y confunde el edificio londinense del Big Ben con la explosión cósmica del Big Bang: “¡Ah! K’ eh er pintò. Mu bien, pero luego dizen de loh andaluzeh ke zi zomoh flohoh. ¡Amaia, no tiene ni un kuadro terminao! (los cuadros en cuestión representan figuras con poco o nada de color). Amaia le reprende: “Que no, que no lo pillas. Es artista. Pero claro, ¿tú qué hostias vas a entender, si para ti Picasso es un Pokemon?”.

Sobre este tipo de apropiaciones indebidas de lo andaluz en aras de la fabricación (artificial) de una supuesta identidad española5 ironiza en una conferencia el escritor y periodista chiclanero Tomás Gutier: “¿Que el gazpacho es una comida simple, de pobres, de gañanes? El gazpacho es andaluz. ¿Que lo ponen en su carta los restaurantes de Europa y resulta que los expertos lo definen como un plato rico, sano y nutritivo? Bueno, el gazpacho es español. ¿La siesta? Eso es algo de flojos, de haraganes, de gente que tiene que echarse a dormir constantemente: la siesta es andaluza. Llegan los médicos y dicen: «La siesta es algo inteligente: romper el día a la mitad para poder descansar y…». ¡Hombre, entonces la siesta es española! ¿Que el flamenco es un cante de taberna, de borrachos y todo lo demás? El flamenco es andaluz. ¿Que el flamenco triunfa en París, en Nueva York y todos los expertos dicen que es el cante, el ritmo étnico de Europa? ¡Ja!, el flamenco es español. ¿Que salen buenos pintores, Velázquez o Picasso, o grandes literatos, como Lorca o Machado? Por supuesto, son españoles. ¿El Risitas, el Po-zí, los graciosos que saca La Nuestra [Canal Sur]? Andaluces son todos”6. Incluido el personaje de Rafa en OAC, cabría añadir a sus palabras.

Pero retomemos la escena. Rafa opina de Pau que “pareze un mahete, ¿no?, er Paulino eze”. “¡Pau!”, le corrige ella por enésima vez. Él persiste en su error: “Zí, Pau zerá er diminutibo, pero ke yo no tengo konfianza kon…”. Cuando Rafa observa que Pau conversa sin problemas en euskera con Koldo, el padre de ella, el sevillano susurra al oído de esta: “Tampoko eh pa tanto, ¿eh? Yo a loh doh mezeh ya zabía dezì «chirrimirri»”. Al ver la expresión de deleite de Amaia ante el despliegue lingüístico de Pau, Rafa reacciona pronunciando palabras en euskera al azar con otros vocablos pseudoeuskéricos como “arriquitaun”, “Duncan Dhu”, “chistorra” o “cucurruchumuchu”. Cuando Pau le pregunta si sus tirantes son vintage, Rafa, quien obviamente, por su condición de andaluz no puede sino ignorar el significado de tal arcano léxico, contesta que “No; zon tiranteh”. El catalán, que sigue interesado por su “propuesta estética”, quiere saber si los ha comprado en Berlín y Londres. Rafa trata de improvisar, para no quedar por debajo en modernidad y cosmopolitismo: “No… Bueno, zí, zí, zí: Londreh. Bueno, lo ke a mí me guhta yamà «London»”. Amaia, resentida con el sevillano, inquiere qué calle es aquella donde lo adquirió, al objeto de dejarlo en evidencia. A Rafa no se le ocurre otra cosa que aludir a la calle de “El… ¿Big Bang?”. “Ben”, le rectifica Pau. “Boi”, contesta Rafa, acercándose a Pau al creer, de acuerdo con el doble sentido de la palabra que acaba de oír, que Pau le ha pedido que se acerque a él. El andaluz prosigue fabulando: “Er Big Bang… po entre er Big Bang i er Buckingham Palace, ke ai una plaza ayí, po ai una merzería ke aze ehkina, ke tiene mu buen hénero, ke aze xaflán. Ze yama Merzería James. Como a Pau no le suena y propone buscarlo en Google, Rafa aborta la consulta puntualizando de inmediato: “James’ Mercery”.

En 48:35 encontramos otra traslocación léxica en boca de Rafa, que no sabe decir “tramontana”; confusión motivada por su ignorancia andaluza: “¡A la terraza no! ¡Ke no, k’e-ehtao ehkuxando er parte i ke zopla er biento de la trotontuna!” Hallamos otra muestra del vasco bruto y paleto y el andaluz ignorante que no sabe hablar en 56:28; Koldo desconoce la forma de comer calçots y Rafa, la forma de referirse a ellos: “Ke no ze yaman zeboyetah; ze yaman karzoneh”.

Igual que sucedía en OAV, Joaquín y Curro, los camaradas de Rafa, viajan al lugar de la acción y cuando llegan exhiben sus confusiones léxicas, su ignorancia y sus temores desproporcionados e infundados hacia los ultraseparatistas. En esta secuencia, que comienza en 1:07:39, creen que “morenetes” es la nueva moneda catalana, se inventan el neologismo “non-paper” (por “paperless”, ‘sin-papeles’) y conciben una clásica sardana como una “jota revolucionaria”. Curro subraya su casposo españolismo con un “¡Biba Ehpaña, biba er Rei, biba el orden i la lei!” Muy poco después, en 1:11:56, tenemos otro nuevo chiste basado en el estereotipo de la ignorancia andaluza; esta vez, en torno a las costumbres vascas: “¿El aurresku? ¿Ezo ké eh, lo de arzà la pata? Fiha-te, ke yo kreía k’ ezo era er taekwondo de la kale borroka…”.

Prosigamos. En 1:18:19, Rafa es interceptado por una pareja de Mossos d’Esquadra que lo ven intentando volver a entrar furtivamente en la masía donde tienen lugar las celebraciones de la inminente boda de Pau y Amaia, después de que esta le haya hecho abandonar el lugar. El andaluz continúa exhibiendo su desconocimiento pronunciando palabras de catalán inventado (“nis”, “vosoltros”, “bonita” por bonica, “palissa” con ele en vez del sonido de la elle, “Perete” en referencia a la máxima figura de la rumba catalana). También se muestra poco dotado intelectualmente porque al final del fragmento que reproducimos a continuación repite como un papagayo una expresión que con anterioridad le ha oído a Pau confesando que no tiene idea de lo que significa. Igualmente, proyecta la imagen de andaluz corrupto y mentiroso que se cuela “en el metro de Sevilla”, al tiempo que no desaprovecha la oportunidad para incluir una alusión a la tacañería catalana: “¡Hola, bona nis! Benvinguts, ¿eh? Escolti, «amigos para siempre»”. La mossa le interpela: “¿Todo bien? ¿Por qué no toca el timbre?” Su respuesta es: “Por no gastar. Tot bé aquí, nen; tranquilament. No, que tenía ganas de asomarme a la masía, ¿no?, que es molt bonita la masía, ¡qué bonitas son las masías en Cataluña! Es lo que más me agrada. ¿Y vosoltros, qué tal? ¿Tot bé? ¿Habéis dado alguna palissa ya o…? Yo voy a cenar butifarra”. Cuando los mossos le preguntan qué hace intentando entrar en una propiedad privada, empieza a gritar: “¡Bale, lo konfiezo, ke zoi andalú! Zoi andalú. ¡Pero ke yo no e-robao nunka!, ¿bale? A lo mehò zitio p’ arguna terrazita, me kolao en er metro de Zebiya, pero ke… ke yo lo úniko ke kería era impedì ke una muxaxa ze kaze kon la perzona ekiboká”. Continúa: “No me detenga. Mira, ke yo nunka l’e-exo er boikó a Kataluña ni na. Mira: un dihko de Perete lo tengo yo repetío treh bezeh. ¡Tripitío!” Trata de aprovechar en su beneficio el posible conato de confesión amorosa entre ambos agentes animando la situación: “¡Ezo! Amor forever: Eze eh er hashtag de mi bida”. La mossa se extraña: “¿Eso qué quiere decir?” Admite el sevillano, para subrayar su ignorancia una vez más: “No tengo ni puta idea, Mar”.

Aquí dejamos la reseña sobre la reproducción de estereotipos negativos sobre lo andaluz en OAC, pero no así las interpretaciones de Dani Rovira que refuerzan dichos clichés. En la próxima entrega tomaremos como muestra una de sus apariciones en el show televisivo El club de la comedia.

Manuel Rodríguez Illana

3 Las referencias temporales son, una vez más, aproximadas.

4 Nuevamente, seguimos la propuesta de transcripción de PORRAH BLANKO, Huan (2009): Normah ortográfikah pa la trahkrizión del andalú (NOTA-Porrah). Zoziedá pal Ehtudio ‘el Andalú. http://www.zea-andalu.com/empieze/propuehtah-ortográfikah/

5 MORENO NAVARRO, Isidoro (2013): Introducción a la identidad histórica, cultural y política de Andalucía. En MORENO NAVARRO, Isidoro y DELGADO CABEZA, Manuel: Andalucía: una cultura y una economía para la vida. Sevilla: Atrapasueños. Pp. 53-54.

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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