Proclamación del Cantón de Motril

La I República proclamada en febrero de 1873 se mostraba reticente en cumplir, como era coherente con su carácter de república española, con la promesa de establecer un poder político desde los pueblos y ciudades hacia instancias mayores mediante la libre federación de sus partes. Las medidas que iba tomando no eran precisamente en ese sentido sino todo lo contrario, buscaban arrinconar a los republicanos “intransigentes” (aquellos que no aceptaban un proceso constituyente centralista, es decir desde las altas instacias políticas hacia el pueblo) estableciendo la destitución de los mandos militares “intransigentes” por ejemplo.

A estas alturas ya había acontecido la Comuna de París (1871) y con ella se había establecido la forma revolucionaria de construir poder para el pueblo: partiendo de la insurrección y las soberanía locales hacia formas federadas de poder popular.

El conflicto político en Motril toma cierto desbordamiento en junio, cuando la comisión permanente de la Diputación Provincial de Granada (centralista y españolista) acuerda suspender el ayuntamiento de Motril que tenía una amplia influencia de los republicanos «intransigentes», para lo que envían en calidad de ejecutores al cuerpo llamado «voluntarios de la República» de marcado carácter centralista para reprimir los desórdenes que pudieran suceder. Todo esto subleva a un colectivo importante de motrileños, y que además se agrava los primeros días de julio cuando en la ciudad se produce una manifestación contra el Juez de primera instancia, al que los motrileños acusan de «hacerse el sordo» con respecto a sus demandas. El descontrol institucional de Motril y la impotencia de los motrileños ante los abusos provocan que la madrugada del 12 de julio se produzcan graves altercados.

La situación en la vecina ciudad de Granada donde las fuerzas cantonales están a punto de proclamar el Cantón granadino también anima a los contonales motrileños.

Los graves sucesos acaecidos, el malestar del pueblo y la falta de noticias del exterior convierten a Motril en un polvorín que obliga a la celebración de un cabildo el 22 de julio. Se inicia bajo la presidencia del cuarto teniente de alcalde, Juan Montero Bonachera, y en el que sólo había un punto a tratar referido a la imposibilidad del ayuntamiento de contener a la gente que exigía la proclamación del Cantón de Motril.

En este cabildo se encontraban los capitanes de las compañías de voluntarios de la República, Ruperto Vidaurreta de la Cámara y Francisco Trujillo Carmona, que (como no podía ser de otra manera) se posicionaron de parte del centralismo. Pero la presión popular tan alta hacía que entre sus propias hubiera una mayoría de posiciones anticentralistas por lo que se vieron obligados a manifestar que la mayoría de sus soldados pedían el reconocimiento del Cantón granadino y la creación de un Comité de Salúd Pública en Motril.

La masa enfervorizada que se agolpaba en la plaza, a las puertas del ayuntamiento pidieron la destitución del ayuntamiento y el nombramiento del Comité, por lo que ante la imposibilidad de repelerlos, los presentes solicitaron a los capitanes que ellos fuesen los representantes del mencionado comité, por lo que de este modo se procedía a la suspensión del ayuntamiento y a la creación del cantón motrileño.

A su vez el vecino pueblo de Gualchos declara su Comité de Salud Pública el 23 de julio.

Pocos días después, el 25 de julio, tras recibir noticias de que la Asamblea Constituyente seguía funcionando, el cabildo motrileño vuelve a reunirse y los representantes del Comité de Salud Pública, entre ellos el efímero Presidente, Ruperto Vidaurreta de la Cámara vuelven a instaurar el ayuntamiento alineándose con el Estado español.

En vista de este giro político reaccionario dos fragatas anti-centralistas venidas desde Cartagena se emplazan frente a la costa de Motril solicitando un impuesta revolucionario a las dos azucareras de la zona, así como los fondos del gobierno centralista existentes. Las fragatas cuentan con la colaboración de los cantonales motrileños que han visto como en poco días la Comuna motrileña ha sido derrotada.

Se hacía necesario hacer respetar el gobierno establecido y una forma de hacerlo fue procesar a quienes apoyaron el ataque de la flota cantonal, por lo que a finales de agosto el juez de primera instancia de Motril llamó y emplazó a los sujetos, cuyos nombres y demás circunstancias se ignoran, que el 31 de julio apoyaron el abordaje en la playa de Motril de las fragatas cantonales Almansa y Vitoria; invadiendo a mano armada la administración de rentas estancadas, llevándose los caudales y efectos de la misma y produciendo la exacción de cantidades a algunos burgueses de la ciudad. El siguiente paso seguido por el ayuntamiento fue encarcelar a los líderes obreristas y federales motrileños.

Meses después, en diciembre, se sigue el mismo proceso contra los vecinos que, siguiendo el ejemplo de Motril, constituyeron el Comité de Salud Pública en Gualchos el 23 de julio de 1873.

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